¿Cuántas de estas frases utilizás durante el día cuando hablás con otras personas?
“Vivo acelerado”. “Estoy a las corridas”. “No tengo tiempo para nada”. “No me alcanza el día”. ”Estoy a full”.
Nuestro presente podría definirse como la suma de pequeños lapsos de instantaneidad donde debemos desempañarnos de forma eficiente y resolutiva. Día a día nos movemos inmersos en una realidad atravesada por un tiempo que dictamina nuestras actividades con horarios, y sencillamente entramos en la vorágine de seguirlos.
Es evidente que “el tiempo” es algo fundamental en la vida del hombre, sin embargo cuánto reflexionamos acerca de él, ¿podemos asegurar que el tiempo es externo a nosotros, o es también interno? ¿Nuestro cerebro es una máquina del tiempo? Diego Golombek nos invita a pensarlo “No solo somos un cerebro con patas: también somos relojes ambulantes. En la profundidad del sistema nervioso existe un núcleo que mide el tiempo y le indica al cuerpo qué hora es: el reloj biológico, responsable de nuestros despertares y de nuestros sueños. Su influencia en la vida laboral, en el desempeño escolar y físico o en la programación de tareas y de viajes, así como en múltiples aspectos de la medicina (incluyendo los horarios de toma de medicamentos) es enorme, y recién estamos comenzando a comprenderla. Desde turnos de trabajo hasta viajes transmeridianos o récords olímpicos, todo cae dentro del reino de nuestra máquina del tiempo, que debe ser conocida, respetada y, también, optimizada.” Diego Golombek.
Sobre Diego Golombek:
Es licenciado y doctor en Biología de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente es profesor titular en la Universidad Nacional de Quilmes (donde dirige el laboratorio de Cronobiología), e investigador superior del CONICET. Asimismo ha sido investigador o profesor invitado diversas universidades del exterior como la Universidad de Toronto, Smith College de Massachussets, Universidad de Sao Paulo, Universidad de Campinas, Universidad de la República, University of Virginia, UNAM, Université Louis Pasteur y la Universidad de Santander, entre otras.
Además ha publicado más de 120 trabajos de investigación científica en revistas internacionales y más de 14 libros de ciencia y divulgación científica. Asimismo dirige la divulgación científica “Ciencia que Ladra” y conduce los programas televisivos “Proyecto G” y “El cerebro y yo” en el canal Encuentro, del Ministerio de Educación de la Nación, y el ciclo «Desde la Ciencia» en Tecnópolis TV.
Por otra parte cuenta con numerosas premiaciones entre las que se destacan el premio nacional de ciencias “Bernardo Houssay”, el premio IgNobel y el premio «Public Understanding of Science» de la Third World Academy of Sciences (TWAS).
En otro orden fue miembro de la Comisión Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de las Ciencias y presidente de la Sociedad Argentina de Neurociencias. Actualmente coordina el Programa Nacional de Popularización de la Ciencia y la Innovación, donde lidera el Centro Cultural de la Ciencia y el museo interactivo “Lugar a Dudas” del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. En 2015 la UNESCO le otorgó el premio Kalinga, la mayor distinción a nivel mundial en popularización de la ciencia.